Un sorteo histórico, un Mundial sin precedentes

SORTEO MUNDIAL 2026 - SINERGIA TV

El viernes 5 de diciembre de 2025 quedó marcado para siempre en la historia futbolística: en el prestigioso John F. Kennedy Center for the Performing Arts de Washington D. C. se celebró el sorteo definitivo del Mundial 2026. A las 11:00 hora del centro de México —hora exacta del inicio del evento en vivo— el mundo supo cómo quedará estructurada la primera etapa del torneo.

Durante la ceremonia se confirmaron los bombos, la distribución de selecciones, y los anfitriones: Estados Unidos, Canadá y México. Gracias a ello, estos países quedaron automáticamente ubicados en posiciones fijas: México en A1, Canadá en B1 y Estados Unidos en D1.

Este Mundial será histórico: es la primera edición con 48 selecciones, expandiendo considerablemente la participación global.

México: anfitrión, protagonista… e ilusión nacional

Para la Selección Mexicana este Mundial significa su número 18 disputado. Desde 1930 ha tenido momentos de gloria, siendo local en ocasiones memorables, pero nunca ha logrado superar la barrera de los cuartos de final —tal como lo logró en 1970 y 1986, bajo circunstancias similares de localía.

Ahora, como coanfitrión, México tiene una responsabilidad mayúscula: capitalizar la localía y buscar trascender. También tiene la particularidad de arrancar el torneo en casa, lo que añade presión… y expectativa.

Grupos, rivales… y un arranque de lujo

El sorteo ya develó los 12 grupos de la fase inicial. México quedó en el Grupo A.

El Mundial arrancará oficialmente el 11 de junio de 2026, con un partido inaugural en el mítico Estadio Azteca de Ciudad de México —un símbolo histórico del fútbol mundial.

Para México, jugar el partido inaugural en su casa representa un regalo… pero también un reto: la selección llega con la responsabilidad de encender la ilusión nacional desde el primer minuto.

¿Quiénes lucen como favoritos, y dónde están los peligros reales?

El formato del torneo asignó a los tres anfitriones en el Bombo 1, junto a las selecciones mejor rankeadas del mundo: potencias tradicionales como Brasil, Argentina, Francia, España, Inglaterra, entre otras.

Esto significa que el torneo no carece de candidatos al título: Brasil, Argentina, Francia, España y otras potencias se perfilan como favoritos, tanto por calidad histórica como por el ranking actual.

Pero ese favoritismo absoluto convive con la incertidumbre: la ampliación a 48 selecciones —y la presencia de cuadros menores o emergentes— incrementa el grado de sorpresa. Grupos “de muerte”, sorpresas, equipos que llegan en alza… todo puede pasar.

Para México, la clave estará en no subestimar rivales, mantener la fortaleza como local y aprovechar la motivación de jugar en casa.

Impacto global: lo deportivo… y lo económico

Más allá del fútbol, este Mundial representa un evento de magnitud histórica: con 48 selecciones, más de 100 partidos oficiales, sedes distribuidas en 16 estadios por tres países y la expectativa de millones de aficionados en todo el continente.

Para México —y para sus ciudades sede— esta derrama puede ser enorme: turismo internacional, ocupación hotelera, economía local, infraestructura, visibilidad mediática. Ser coanfitrión del evento más grande del fútbol mundial no solo implica orgullo, sino también una oportunidad de desarrollo.

Aunque aún no hay cifras definitivas reveladas tras el sorteo, el solo hecho de que México albergue el partido inaugural y varios encuentros clave ya anticipa un impacto considerable en lo deportivo, social y económico.

Lo que dejó el sorteo: una mezcla de espectáculo, diplomacia y espectáculo mediático

La ceremonia en Washington no fue un mero acto técnico: incluyó invitados de alto perfil, espectáculo, simbolismos. Fue el banderazo formal a un Mundial que se proyecta como histórico, no solo por su formato y escala, sino por su ambición de involucrar a todo un continente.

Para México —y sus aficionados— representa una cita histórica. Para el mundo, una edición que podría cambiar paradigmas del fútbol global.

Conclusión: ilusión, responsabilidad y la oportunidad de hacer historia

Como experto en fútbol, veo el sorteo del Mundial 2026 como un momento clave: una bisagra que marca el inicio de una edición con potencial para ser transformadora. Para México, es quizá la mejor ocasión en décadas de capitalizar su localía, su afición, y saltar ese escalón al que históricamente no ha llegado: más allá de los octavos, más allá de los cuartos, aspirar con convicción a semifinales… y por qué no, a instancias definitivas.

Pero el camino no será fácil. Las potencias están listas, los rivales no pueden subestimarse, y la presión mediática, social y deportiva estará al máximo.

Si "El Tri” logra conjugar temple, talento, estrategia y aprovechar el colchón de jugar en casa... esta Copa del Mundo podría quedar inscrita en letras doradas en la historia del fútbol mexicano.

Sea como sea —y con los grupos ya definidos— comienza la cuenta regresiva. Que ruede el balón y como decimos los toluqueños que ruede a nuestro favor y que la ilusión tenga alas.