Industriales de Lerma impulsan mejora vial con recursos propios y visión estratégica
- Julian Sobrino Díaz

- 28 ago
- 3 Min. de lectura

En el corazón industrial de Lerma, donde convergen diariamente camiones de carga, trabajadores y proveedores que sostienen buena parte de la economía mexiquense, comenzó esta semana una obra que representa mucho más que concreto y asfalto. Se trata de la reconstrucción total del cruce entre las calles Industria Automotriz y Emiliano Zapata, en el Parque Industrial Doña Rosa, una vialidad que durante años padeció deterioro y olvido, y que hoy empieza a transformarse gracias al esfuerzo conjunto de los empresarios e industriales de la región.
El proyecto, con una inversión de 2 millones 300 mil pesos, financiada íntegramente con recursos privados, tendrá un impacto directo en la movilidad y productividad de la zona. Se estima que alrededor de 500 empresas se verán beneficiadas, ya que esta vialidad es un punto neurálgico donde concluye tanto el tráfico pesado como el vehicular de la zona industrial.
Una solución desde la iniciativa privada
La acción es resultado de la gestión de la Asociación de Empresarios e Industriales del Estado de México (ADEIEM A.C.), encabezada por el C.P. Teodoro Martínez, quien ha impulsado un modelo de colaboración empresarial basado en la autogestión y el compromiso colectivo.
“Estamos resolviendo un problema que padecemos desde hace tiempo. Las vialidades en pésimo estado afectan la logística y la competitividad de nuestras empresas. Hoy, gracias a la unión de los empresarios, logramos dar una solución real, con recursos propios y sin apoyo del gobierno estatal o municipal”, señaló Martínez al anunciar el arranque de los trabajos.

El mensaje es claro: los industriales de Lerma no esperaron a que llegara la respuesta gubernamental, sino que decidieron tomar la iniciativa y actuar con rapidez y eficacia para resolver una necesidad urgente. La obra, que estará concluida en un plazo de 15 días, no solo mejorará la circulación, sino que también enviará un mensaje de confianza y liderazgo hacia toda la comunidad empresarial del Estado de México.
El valor estratégico de la infraestructura
La relevancia de esta acción no puede subestimarse. En México, solo el 13% de las carreteras se encuentra en buen estado, mientras que casi 40% está en malas condiciones, de acuerdo con datos de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción. Este rezago se traduce en costos logísticos más altos, pérdida de competitividad y mayores riesgos para el transporte de mercancías.
Estudios recientes señalan que la falta de mantenimiento vial puede representar hasta un 12% de impacto negativo en el PIB nacional, debido a demoras, accidentes y sobrecostos. En contraste, invertir en infraestructura vial tiene beneficios tangibles: reducción de accidentes hasta en un 30%, ahorros de 20% en costos de transporte y mantenimiento vehicular, y mayor seguridad para las comunidades.
Desde esa perspectiva, lo que está ocurriendo en Lerma va más allá de una obra aislada: es una decisión estratégica de empresarios que entienden que la competitividad no se construye solo en las fábricas, sino también en las calles por donde transitan sus productos, trabajadores y proveedores.
Un ejemplo de liderazgo empresarial
La iniciativa de ADEIEM refleja una realidad cada vez más evidente: cuando la infraestructura pública no responde con la velocidad que las necesidades productivas demandan, es la iniciativa privada la que toma el liderazgo para garantizar condiciones adecuadas de desarrollo.
Más allá de la inversión económica, este proyecto simboliza la capacidad de los industriales mexiquenses para organizarse, aportar recursos y trabajar de manera conjunta por un objetivo común. Esa unión empresarial es, en sí misma, una infraestructura invisible, pero vital: la de la confianza y la corresponsabilidad.

El reto ahora es que este modelo pueda replicarse en otras zonas industriales del Estado de México, donde las vialidades deterioradas representan un freno para el crecimiento. Si algo deja claro este esfuerzo, es que los empresarios de Lerma están dispuestos a actuar y a demostrar que con voluntad, cooperación y visión, se puede transformar la realidad cotidiana de miles de trabajadores y empresas.
En tiempos en que la competitividad global exige respuestas rápidas, la obra en Lerma es más que una reparación de calles: es un testimonio del liderazgo empresarial y del valor de la unión como motor de desarrollo. Los industriales de la zona no esperaron; actuaron. Y con ello dejaron un mensaje poderoso: cuando el sector productivo se organiza y apuesta por el bien común, se abre camino hacia un futuro más próspero para todos.





















Comentarios