Primer Informe de Claudia Sheinbaum: entre las cifras oficiales y la realidad económica
- Aline Iniestra

- 2 sept
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Actualizado: 7 sept

El 1 de septiembre de 2025, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó su Primer Informe de Gobierno desde Palacio Nacional. El mensaje destacó avances en materia social y económica, pero más allá del discurso, los números merecen un análisis objetivo a la luz de los datos publicados por instituciones como el INEGI, el Banco de México y el FMI.
En su informe, la Presidenta subrayó la fortaleza de la economía mexicana y la proyección de que el país mantendrá un crecimiento sostenido en los próximos años. Sin embargo, los datos disponibles pintan un panorama más moderado.
El INEGI reportó que en el primer trimestre de 2025 el PIB creció apenas 0.6 % anual, con un incremento trimestral de solo 0.2 %. En el segundo trimestre, el crecimiento fue de 0.7 % trimestral y 1.2 % anual. Este desempeño muestra que, aunque México ha evitado una recesión técnica, el ritmo económico sigue siendo débil y depende en gran medida de factores coyunturales, como el repunte en el sector primario, mientras que la industria y los servicios avanzan con lentitud.
Uno de los puntos más comentados es la discrepancia entre las proyecciones gubernamentales y las de organismos independientes.
Gobierno federal: mantiene estimaciones de crecimiento entre 1.5 % y 2.3 % para 2025.
Banco de México: ajustó su previsión a la alza, de 0.1 % a 0.6 %, aunque con cautela, señalando que la economía avanza lentamente y con riesgos inflacionarios.
FMI: espera un crecimiento de 1.4 %, pero advierte que, ante una prolongación de la guerra arancelaria con Estados Unidos, México podría enfrentar incluso una contracción de 0.3 %.
Estas diferencias reflejan un debate de fondo: ¿se está comunicando con realismo la situación económica del país o se está privilegiando la narrativa política sobre la técnica?
El eje central del discurso presidencial fue el Plan México, un portafolio de inversiones público-privadas estimado en 277 mil millones de dólares. Con 18 acciones estratégicas —que van desde infraestructura y vivienda hasta innovación tecnológica y apoyo a pymes— el objetivo es que México se posicione dentro de las diez economías más grandes del mundo hacia 2030.
Desde el sector empresarial, este plan representa una ventana de oportunidad, siempre que se ejecute con reglas claras, medición de resultados y condiciones de certeza jurídica. El reto será equilibrar el interés social con la competitividad global, evitando que los recursos se diluyan en proyectos poco productivos o sin impacto regional.
Más allá de los anuncios, los próximos cinco años demandan enfrentar de manera decidida varios desafíos estructurales:
Certidumbre regulatoria: digitalización de trámites y reducción de tiempos para facilitar la inversión.
Productividad e innovación: orientar apoyos hacia sectores de alto valor agregado que trasciendan la lógica maquiladora.
Inclusión empresarial: garantizar que pymes y microempresas tengan acceso a financiamiento y a la cadena de valor del Plan México.
Medición y transparencia: reportes claros y periódicos sobre avance de proyectos, empleo generado e impacto en salarios reales.
Entorno internacional: adaptarse a la incertidumbre comercial con Estados Unidos y a la volatilidad de la economía global.
El Primer Informe de la Presidenta Sheinbaum mostró una narrativa ambiciosa y motivadora. El Plan México es, sin duda, la apuesta más grande de este sexenio y puede ser un motor de transformación económica si se implementa con disciplina, corresponsabilidad y realismo.
Sin embargo, los datos del INEGI, las previsiones del Banco de México y las advertencias del FMI muestran que la economía mexicana enfrenta un presente complejo, con un crecimiento aún frágil y vulnerable a factores externos.
El desafío está en traducir la visión presidencial en resultados verificables que fortalezcan la confianza de inversionistas, empresarios y ciudadanos. Solo con políticas claras, transparencia y colaboración público-privada será posible convertir el optimismo del discurso en prosperidad compartida.





















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